No hay palabras para describir lo que está pasando en Manizales. Una ciudad que durante mucho tiempo se preció de tener un suministro de agua de excelente calidad y abundancia, hoy se encuentra amenazada, por la falta de diligencia de sus administradores públicos.
La situación resulta Indignante y Humillante. Indignante, porque desde que los humanos vivimos en comunidad, ha sido fundamental, primordial, prioritario el debido cuidado de las fuentes de agua.
Tan es así, que en épocas de guerras y conflictos internos, su envenenamiento o el corte de su suministro, es considerado un delito de lesa humanidad.
El riesgo en que se encontraba nuestro sistema de acueducto estaba anunciado, existían varias advertencias al respecto. Vale la pena citar la columna de Bernardo Mejía Prieto en el periódico La Patria del 14 de febrero de este año, en la cual señalaba la precariedad de la situación.
Es aquí donde uno se pregunta, por qué razón para la Administración Municipal, el sistema de acueducto no es una prioridad o no lo fue? En que estaban pensando? Es pues indignante que para éstos, el acceso al agua potable no sea fundamental. Eso demuestra el interés que sienten nuestros mandatarios por sus ciudadanos.
Humillante, porque la ciudad se encuentra amenazada. Los Manizaleños que han podido salir, lo han hecho y los que no pueden hacerlo, están buscando agua en cualquier ladera, en cualquier nacimiento, con el altísimo riesgo de que esta situación traiga como consecuencia una epidemia.
Pero también es humillante porque representa el poco respeto hacia los ciudadanos. Señores, los elegimos para que cuiden y administren, en nuestro nombre los bienes públicos que permitan una vida en comunidad sana, pacífica y justa. Tristemente, han fracasado en su mandato.
María Cristina López Arango
María Carolina Giraldo Vejarano.
Hoy un representante de Corpocaldas habló en la radio sobre el riesgo inminente de otro deslizamiento y de mayores proporciones en el mismo lugar. Así que el problema persistirá. Los políticos se han encargado de acabar con nuestra ciudad, las empresas se están retirando, el comercio se ve terriblemente afectado, y el valor inmobiliario ni hablar. Entonces, ¿qué se puede hacer? Ya que los que nos dirigen no hacen nada, ¿qué podemos proponer como ciudadanos?
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