miércoles, 23 de noviembre de 2011

De tanta columna ya no ve el bosque

De Pedro Felipe Hoyos Körbel.  Tomado de La Patria, 23 de noviembre de 2011.

Muchos ciudadanos sentimos escozor cuando le echamos una mirada a la política local. Tratamos de analizar las causas y los efectos y llegamos, la mayoría de las veces, a la conclusión que Manizales vive su peor momento, creemos que vivimos una crisis estructural. No se trata de un mal alcalde, se trata de todo un esquema de gobierno que no da los resultados que la comunidad espera y merece. Y no se trata de sancionar más leyes.
¿Qué debe hacer el manizaleño para aportar a incrementar el nivel de vida de su ciudad y rechazar cualquier deterioro? Porque la responsabilidad la tenemos cada uno de nosotros; cito la frase del finado JFK: "Pregúntate qué puedes hacer por el Estado y no qué puede hacer el Estado por ti".
Dentro del esquema democrático de gobierno hay muchos espacios y actitudes que ayudan a mantener en armonía todo el aparato. La democracia sabiéndose falible le permite a la sociedad civil actuar en pos del bien común. En Manizales hay dos reconocidas entidades que están ejerciendo un control político ya que los partidos y lo que resta de ellos, están, casi todos, captados por la coalición de contratistas. Son ellas la Corporación Cívica de Caldas y la Sociedad de Mejoras Públicas. Ellas son supraentidades que representan a la sociedad sin compromisos con ningún sector o gremio. Ellas no representan a los comerciantes, o a los gremios o a los obreros, ellas están por el respeto de las leyes que nos cobijan por igual (con esto no quiero decir que las otras entidades no tengan razón de ser, todo lo contrario, son importantísimas). La mira de estas dos entidades es el bien de la sociedad que se da cuando las leyes son respetadas. La CCC viene trabajando hace muchos años en ese tema y ha logrado mucho para que el Estado de derecho no sea atropellado continuamente; igualmente la SMP se viene perfilado como ente que sabe que tiene una responsabilidad política y está empezando a construir argumentos políticos que no desmerecen en nada lo realizado por el padre Adolfo Hoyos y esos otros abnegados líderes cívicos de antaño. Esta es una tarea compleja que debe tener mucho tino y sobre todo continuidad.
La CCC y la SMP no son órganos de control del Estado, eso fue lo que confundió el alcalde Lla-no cuando reaccionó a la "petición" de renuncia que presentaron estas dos entidades. Ellas pueden pedir la "renuncia" de un alcalde, pero son las entidades de control del Estado las que decretan la suspensión o destitución del funcionario.
Los manizaleños que queremos una ciudad buena, donde haya equidad y un Estado de derecho, debemos fortalecer estas entidades. Son ellas la gran esperanza de la ciudad. Los incendios de los años veintes fueron fatales, pero no hubo 48 muertos. Esta vez el daño material no fue tan grave, no fue destruido todo el centro comercial de la urbe, más sin embargo el daño fue enorme. Si lo analizamos con calma, concluimos que Manizales afronta otra reconstrucción. Señalar y castigar a culpables es parte del protocolo de urbanidad que debe realizar la ciudad, pero aquí no se puede suspender el trabajo de reconstrucción. Con estas crisis la ciudad, como en otras épocas, debe crecer y salir fortalecida. Se debe analizar, sin traba alguna, qué fue lo que pasó y cómo se puede remediar estructuralmente el daño moral, político y material. Todas las ciudades del mundo han sufrido estos momentos aciagos y han sabido salir a flote en poco tiempo.
El Alcalde, con el mal manejo político de estas catástrofes, ha llevado a la comunidad a un grado de escándalo y exasperación nunca conocido. Para que la gente de Manizales chifle a doña Josefina Uribe, la respetable madre del burgomaestre, en una de las misas por las víctimas del barrio Cervantes, se necesita mucha inconformidad y es señal de una gran frustración. Manizales va en camino de perder la fe en sus gobernantes y las consecuencias son fatales y van mucho más allá de lo que se pueden imaginar estos contratistas-políticos.
Manizales está dolida y confundida, se siente abusada. Lo más urgente que se le debe dar a esta ciudad es paz. Ella no consentirá que si hay culpables, estos no sean castigados ejemplarmente. Y si no hubo culpables, que ella pueda asumir, sin margen de duda, que todo fue una fatalidad, que fue fuerza mayor. 
Invito a los manizaleños de bien a luchar al lado de estas entidades, para que esta reconstrucción sea cívica y transparente, que sea manizaleña.

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